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Cuestionario Proust para el libro de Ricardo Álamo Escritores al desnudo. Takara Editorial. Sevilla, 2018. Respuestas de: José Luis Melero
1. ¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta? La felicidad perfecta consistiría en poder dedicar la vida entera a leer. No tener que trabajar, no tener que escribir, no tener que atender compromisos un día sí y otro también. Leer, sólo leer, mañana y tarde. No puedo imaginar un estado de mayor felicidad. 2. ¿Cuál es, para usted, el colmo de la desdicha? Los idiotas integrales que además son arrogantes. Es una raza que se expande de forma incontrolada y peligrosa. Tienes la desdicha de ser idiota y, por si esto fuera poco, todos se te ríen e ironizan al verte altanero y engreído. 3. ¿Quién le habría gustado ser? El mismo que soy, pero con mis muchas deficiencias corregidas. Por ejemplo, me hubiera gustado tener inteligencia para poder acercarme a la ciencia (entender algo de física y de química, saber unas pocas matemáticas…) o al menos, como les digo jocosamente a algunos amigos, llegar un día a entender cómo no se caen los aviones ni se hunden los barcos con lo que pesan. Hay gentes de letras, otros de letras puras, y luego estoy yo. 4. Lo mejor y lo peor de su carácter... Lo mejor de mi carácter es tal vez mi alegría y mis ganas de vivir, porque soy de los que creen que en la vida hay sitio para todos y con todos procuro ser amable y cariñoso. Que no soy envidioso y me conformo con mi suerte (que no ha sido poca y sé valorarla y agradecerla); y que soy leal a mis amigos y a mis principios. Lo peor: la dispersión, que ha hecho que, enamorado de tantas cosas y tan diversas, haya estado en mil frentes diferentes, de modo que nunca llegaré a ser una autoridad reconocida en ninguno de ellos. Todo me interesa y odio la especialización. Eso me ha hecho sin duda muy feliz, pero al final sé un poco de muchas cosas, pero no sé mucho de ninguna en concreto. O sea, como un hombre del Renacimiento, pero sin el suficiente talento para serlo. 5. ¿Cuál es su personaje histórico favorito? Todos los hombres y mujeres anónimos que lucharon heroicamente por la emancipación y por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Sin ellos, seguiríamos en una sociedad feudal, en la que unos pocos decidirían sobre las vidas y haciendas de todos. 6. Sus escritores preferidos… Cientos de ellos. Y muy diferentes en función de las épocas y de los intereses de cada momento. Quiero decir que a los veintitantos años leí muchos libros de Álvaro Retana, de Hoyos y Vinent, de Joaquín Belda o de Zamacois que ahora no leería. Y que ahora leo libros que entonces no creí que fueran a interesarme. Pero todos han servido para convertirme en lo que soy y a todos les estoy agradecido. Hoy no leería Rayuela, pero cuando lo leí me deslumbró. ¿Es Cortázar uno de mis escritores preferidos? Pues entonces lo fue, pero hoy no lo sería. ¿Lo es Miguel Otero Silva, porque leí apasionadamente Cuando quiero llorar no lloro? No lo creo. Yo he sido más de libros favoritos que de escritores favoritos. Y creo que es lo normal: te puede gustar Sobre los ángeles, pero no gustarte nada las Coplas de Juan Panadero. O te puede gustar mucho el Lorca de Poeta en Nueva York y no gustarte el Lorca neopopularista. ¿Ramón J. Sender es uno de mis escritores favoritos? Pues depende de los libros: me parecen extraordinarios Siete domingos rojos o Crónica del alba, pero hay otros libros suyos que me parecen auténticos pestiños. 7. Las cualidades que admira en un hombre… La inteligencia, la generosidad y el sentido del humor. Y algo que no se considera a veces importante y que a mí me parece fundamental: la buena educación. 8. Lo que más le atrae de las mujeres… Las mismas cuatro cualidades que me atraen de los hombres. Y, contrariamente a lo que piensan muchos varones, me interesa más de ellas su belleza interior que la belleza exterior. Las guapas, sólo por guapas, apenas me atraen unos instantes. 9. Sus músicos imprescindibles… Empiezo por decir que soy hombre de letras, que no de notas. Yo me eduqué con Woody Guthrie, con Pete Seeger, con Joan Baez, con Bob Dylan, con Paco Ibáñez, con José Larralde, con Daniel Viglietti, con Mercedes Sosa, con Jorge Cafrune, con Atahualpa Yupanqui, con Serrat, con Labordeta… Y en mi formación y en mi educación sentimental cuentan más ellos que Calamaro, Battiato, The Rolling Stones o Paolo Conte. Y mucho más que Gustav Mahler o Cristóbal Halffter. 10. ¿Qué le impulsa a levantarse por las mañanas? Las muchas cosas que quiero hacer cada día. Duermo poco y exprimo el día todo lo que puedo para sacarle el máximo rendimiento. Estar en la cama es una pérdida de tiempo imperdonable. 11. ¿Cuál es el defecto propio que más deplora? Que en ocasiones, cuando las cosas se tuercen y no salen como quiero, puedo llegar a ser colérico y a perder los nervios y los papeles. Y lo peor es que sólo me sucede con los más próximos y con quienes más quiero. 12. ¿Y de los ajenos? El arribismo, la deslealtad, la tacañería, la vanidad y la soberbia. 13. ¿Cuál es su estado mental más común? Estoy siempre en permanente ebullición. Mi cabeza no descansa nunca. No sé lo que es estar parado jamás. 14. ¿Su mayor extravagancia? Decirle que no a Vargas Llosa cuando me pidió que le regalara la primera edición de su primer libro, que él entonces no conservaba y que yo le llevaba para que me la firmara. Desde entonces busco otro ejemplar para regalárselo. 15. ¿De qué sería o ha sido capaz por amor? De todo, menos de abjurar de mis principios y mis ideas. Quien me quiera ha de quererme como soy. 16. Su ocupación ideal… Mi ocupación ideal, puestos a soñar, hubiera sido ser catedrático de literatura en una gran universidad americana y tener un avión privado para venir a Zaragoza los viernes hasta el domingo. 17. ¿Qué palabras o frases usa más? Dependiendo de las situaciones y del momento: en las reuniones sociales o políticas, unas; en las literarias, otras (normalmente, “qué bueno tu último libro”, porque como no lo digas ya te puedes ir preparando); en la vieja Romareda, otras bien distintas (últimamente, casi siempre sólo exabruptos y juramentos de todo tipo y jaez); en el amor, otras… 18. ¿Cuál es su mayor miedo? Como lector enfermizo, lo que más me horroriza es pensar que un día no pueda ver para leer. La vida sin libros no tendría sentido. 19. ¿Y su mayor remordimiento? Haber mentido algunas veces. No me gusta mentir y procuro siempre evitar la mentira. Me enseñaron desde niño que no había que mentir “ni para salvar a un hombre de la muerte”. Pero en ocasiones lo he hecho y estoy arrepentido. 20. ¿Cuál es la virtud más sobrevalorada socialmente? La falsa simpatía que muchos derrochan en saraos y francachelas. 21. Sus pintores favoritos… Muchos. Soy muy aficionado a la pintura. Caravaggio, Brueghel, Rembrandt, Turner, Edward Hopper, Carl Spitzweg, (autor de un cuadro que me gusta mucho, “El ratón de biblioteca”), Gainsborough, Goya, Velázquez, Monet, José Moreno Carbonero, Sorolla, Gutiérrez Solana, Ramón Gaya, Francisco Marín Bagüés, Francisco Pradilla, Mariano Barbasán, Hermenegildo Estevan, Joaquín Pallarés, Bartolomeo Bezzi, Luis Berdejo Elipe, María Blanchard, Antonio Muñoz Degrain, Eduardo Arroyo… y mis muchos amigos pintores. 22. ¿Cuál es su mayor logro? Ser Hijo Predilecto de mi ciudad. Es lo más bonito que le puede pasar a uno. 23. ¿Cuándo y dónde ha sido más feliz? El 10 de mayo de 1995, en casa de mi amigo Luis Alegre y en compañía de otros buenos amigos como nuestro llorado Félix Romeo. Los zaragocistas sabrán el porqué. 24. ¿Qué talento desearía tener? Hay tantos que no tengo…Especialmente, el de saber dibujar y pintar. Yo, que soy como he dicho muy aficionado a la pintura, soy incapaz de dibujar ni un monigote. 25. ¿Cómo le gustaría morir? En el palco del estadio de Wembley, con cien años, justo después de que el Zaragoza ganara la Champions. Con cara de felicidad y una cerveza en la mano.
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