Fotografía: Vicente Almazán

 

 

LA NOCHE DE MELERO Y SUS PRINCIPALES

por Antón Castro

Anoche, con un éxito de público más que inusual, José Luis Melero presentó su libro Escritores y escrituras. Chusé Raúl Usón se propuso ser comedido para «no cagarla»; Ignacio Martínez de Pisón recordó que conocía a José Luis Melero desde principios de los años ochenta cuando asistían juntos a las clases de italiano de Luisa Capecchi, y le regaló una carta que había recibido de Félix Romeo (el segundo protagonista de la noche: el hombre más recordado, el amigo inolvidable) que le había remitido desde el chabolo 31 de la trena donde le decía que lo mejor de la cárcel era un estafador belga; Luis Alegre dijo que Melero nos mejora la vida porque contagia alegría, buen rollo, felicidad, pasión y entusiasmo, y Pepe habló de su libro, de su pasión por los escritores raros y olvidados, hizo varios chistes, y rindió algunos homenajes a gente que le ayuda y le ha ayudado: el citado Félix, que le regaló el título del libro, Labordeta, que impartió lecciones contra la soberbia y la afectación, etc. La lista es larga y está llena de afectos. El fotógrafo y poeta visual Vicente Almazán, que andaba por allí, captó así a los actores principales con Broto al fondo; a este lado la emoción y la diversión se vivían por igual. Melero tuvo un hermoso gesto hacia Rafael Campos: le dio las gracias por haber devuelto el Teatro Principal a la actividad cultural de la ciudad. Félix y Eva, de Los Portadores de Sueños, sonreían: todo, todo, todo había salido redondo.