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ACABO DE TERMINAR DE LEER LECTURAS Y PASIONES y voy a volver a empezar a leerlo de nuevo, pues me ha deparado momentos de tal placer, que más que lectura es vicio. Lo recibí hace diez días y picoteé sus capítulos, dejando por unas horas los libros que estaba leyendo, en una lucha entre la obligación y el placer, pues debía reseñar dos libros antes. Lecturas y pasiones era tan divertido, a la vez que original y erudito, que tiraba de mí como una taza de chocolate. Así que, cuando el viernes pasado lo cogí, me ha privado del fin de semana. Yo que pensaba ir a comer calamares a El Brillante. Yo que planeaba darme un paseo por la Plaza Mayor y tomarme un vermú en Botín. Yo que iba a comerme un chocolatito en San Ginés... Al final, nada de nada. Maldito sea Melero, dice mi estómago. Bendito sea, dicen mis meninges. Y es que Lecturas y pasiones es un libro que todo lector, bibliófilo y curioso debería leer; un mapa del tesoro de un capitán que se conoce bien los siete mares de tinta y papel. En él, el capitán Melero nos lleva por barrancos como el de Víznar, donde fue fusilado García Lorca; boticas, como la que trabajó Ramón J. Sender, y rastros que son zocos, como el que cuenta Andrés Trapiello. En él, conocemos al olvidado químico Bruno Solano, hijo de Calatorao, que, tras ser decano de la Facultad de Ciencias y hombre de prestigio, murió tan pobre y honrado que no tenía dinero para pagar su funeral; a Fernando de la Quadra Salcedo, marqués y poeta de principios del XX, que hablaba con naturalidad de sus parientes del Imperio Romano (¡...!) , soñaba con ser rey de Navarra, y al que Pío Baroja describió como "un iluso", hasta que acabó fusilado en 1937. En él, conocemos los últimos días de Antonio Machado en unas páginas conmovedoras donde se cuenta los detalles de sus últimos momentos; descubrimos cuando Trotski pasó por Zaragoza y lo que hizo; conocemos un puñado de anécdotas del atrabiliario Pedro Luis de Galvez, aquel poeta -o poetastro- que vendía sus sonetos a peseta y dormía en los soportales, y recordamos al injustamente olvidado José Gaos, discípulo y maestro de filósofos... En él, nos asombramos con cien personajes más, pues Lecturas y pasiones es una auténtica caja de bombones para pasarlo no solo bien, sino muy bien, mientras se descubren las bambalinas de la literatura, sus desvanes e incluso sus cloacas; se entra en un encantamiento que devuelve a la vida a los seres de papel, mientras nos transporta a los lugares donde fraguaban sus mundos; se realiza un viaje delicioso al Parnaso a charlar con sus habitantes. He aquí un libro que el viernes 26 de noviembre se presentará en la librería Rafael Alberti de Madrid, entre el calor de los lectores y el ulular de los fantasmas de sus personajes (al loro los que vayan: escuchen las cadenas) que a buen seguro asistirán con regocijo. José Luis Gracia Mosteo Facebook, 22 de noviembre de 2021.
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